Hurto de piezas religiosas se ha convertido en una preocupación constante en la región

En un lapso que abarca desde 1992 hasta 2023, el estado de Hidalgo ha sido testigo de un total de 107 robos de arte sacro, principalmente de pinturas de caballete, esculturas policromadas, documentos y objetos sagrados. Estos incidentes han generado una inquietud persistente tanto en las autoridades como en la comunidad religiosa local.

El primer robo documentado tuvo lugar en el municipio de San Salvador, marcando el inicio de una serie de incidentes similares a lo largo de las décadas siguientes. Uno de los momentos más críticos se vivió en el municipio de San Miguel Acambay, durante el año más activo en cuanto a hurto de arte sacro. En esta ocasión, los perpetradores se llevaron cuatro pinturas de caballete, varias esculturas de arcángeles y al Santo Patrono del lugar, caracterizado por incrustaciones de oro y plata.

En la región de Otomí-Tepehua, específicamente en Metepec, también se registraron pérdidas significativas con el robo de cuatro pinturas de caballete y dos esculturas. Por otro lado, en Acaxochitlán se reportaron el hurto de un documento, tres pinturas de caballete y dos esculturas policromadas.

Según la historiadora Haydee Flores Ortiz, adscrita a la Dirección General de Patrimonio Cultural, el arte sacro comprende aquellas obras destinadas a rendir culto a lo sagrado o divino, como pinturas, esculturas y objetos ornamentales, que suelen estar resguardadas dentro de inmuebles religiosos.

El párroco Fernando Álvarez Espino, de la parroquia de Cristo Rey en Zempoala, señaló que el arte sacro representa la expresión misma de la divinidad a través de obras de arte como esculturas, pinturas y monumentos históricos, destacando su importancia tanto para la iglesia como para la comunidad en general.

A pesar de los esfuerzos por proteger estas piezas, se han contabilizado un total de 105 robos entre 1992 y 2018, de los cuales 39 correspondieron a pinturas de caballete, 53 a esculturas policromadas, dos a documentos y 11 a objetos sacros. A estos se suman dos incidentes adicionales reportados en los años 2020 y 2021.

El Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Hidalgo ha presentado múltiples denuncias por robo o saqueo de arte sacro entre 2015 y 2023. Aunque algunas de estas denuncias han procedido y se han recuperado algunas piezas, aún persiste la preocupación por la vulnerabilidad de estos elementos ante actos delictivos.

Monseñor Domingo Díaz Martínez, arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, instó a la comunidad a proteger la riqueza artística y religiosa presente en los templos, reconociendo la importancia de cuidar y preservar estas piezas tanto por su valor histórico como por su significado litúrgico.

Con Información de  El Sol de Hidalgo